Porque el todo se aplaza desde ayer para luego,
porque irrompo la casa, y otra vez desespero,
antes de que amanezca, todo menos tu cuerpo.
Porque nada es mi todo si no hay nada contigo,
porque el tiempo es recodo y otro modo el olvido,
que no entiendo tus ojos, y tu voz adivina.
Qué me espera mañana, si despierto encendido,
con el sol en la cara y mis ganas contigo.
Voy a armar la ventana, para ahogar tus sentidos,
y que venga la calma, para darme el alivio.
Porque a veces divago en el olor de tu ropa,
porque viajo despacio, de tu cama a tus cosas,
como buscando el paso, que me vuelva a tu boca.
Todo pierde su luz, buscándote en el,
y al centro quedas tú, una quemante.
Porque estas en mi frente confundiendo a las horas,
porque vuelves silente de esa luz a esta sombra,
descomponiendo todo, cuando un verso te nombra.
Cuando un verso te nombra...
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