Ximena juega sola y una sombra parece rodearla, pasa a su lado y, sin embargo, Ximena no la percibe o quizá está acostumbrada, porque no parece inmutarse, juega con sus muñecas y habla a solas en su inmensa habitación.
Papá y mamá se han acostumbrado a sus amigos imaginarios, no les extraña escucharla hablar a solas, la dejan vivir en su mundo y por lo general, no tienen tiempo para compartir con ella. La rutina diaria los abruma, salen antes de que salga el sol y regresan ya de noche cual sonámbulos a mirar a televisión y a dormir.
Este fin de semana es el primero, después de un largo año de trabajo, en que mamá estará en casa. Ximena y Tiara (mamá) se levantan temprano, la pequeña está contenta, mami ha preparado su desayuno favorito, juntas comen galletitas dulces y toman una rica chocolatada. Después de muchos mimos, mamá no puede evitar las tareas del hogar y pone ropa en la lavadora, la deja funcionando mientras lava unas tacitas. Ximena mira televisión, pero se cansa, se aburre prontamente y prefiere ir a su dormitorio a jugar, mamá la escucha, la pequeña habla, ríe y de vez en cuando canta.
Tiara sonríe al escucharla, la pequeña tiene una risa contagiosa, se asoma a mirarla y ve pasar una sombra, se inquieta, pero supone que la ha engañado su vista. Ximena ve a mamá y le arroja un beso volador, mamá se lo devuelve.
La lavadora automática terminó y emite un curioso sonido, Tiara lo escucha, busca una fuente mete la ropa y sale al patio a colgar las prendas para que se sequen.
Desde el jardín puede ver la ventana que da al dormitorio de su hija, cuelga la ropa en un improvisado cordel que nunca fue reparado por el poco uso que le han dado. De pronto, mira hacia la habitación de su niña y una nítida sombra parece mirarla. Deja caer la ropa, y se acerca a paso ligero hacia la casa, la sombra tiene vida se mueve por si sola. Un quejido de espanto se escapa de lo profundo de su garganta, ahora corre, va directamente hacia la habitación de su hija y al llegar ve a Ximena, jugando tranquilamente.
-¿Ximena había alguien aquí?
-Sí mami, el abuelo.
-Ximena, te estoy hablando en serio, vi algo, ¿andaba alguien aquí?
-Mami, era el abuelo
-Ximena, -levantando la voz- el abuelo está a ochocientos kilómetros.
Tiara mira por todas partes, pero no ve nada, no escucha lo que dice su hija y cree que habla de sus amigos imaginarios, entonces el teléfono suena, lo busca y contesta, es la abuela
-Hola
-Hijita... -contesta llorando la madre de Tiara-
-Mamá ¿qué pasa?
-Hijita, tengo una mala noticia
-¿Qué pasó?
-Es tu papá, murió…
Fin.
Papá y mamá se han acostumbrado a sus amigos imaginarios, no les extraña escucharla hablar a solas, la dejan vivir en su mundo y por lo general, no tienen tiempo para compartir con ella. La rutina diaria los abruma, salen antes de que salga el sol y regresan ya de noche cual sonámbulos a mirar a televisión y a dormir.
Este fin de semana es el primero, después de un largo año de trabajo, en que mamá estará en casa. Ximena y Tiara (mamá) se levantan temprano, la pequeña está contenta, mami ha preparado su desayuno favorito, juntas comen galletitas dulces y toman una rica chocolatada. Después de muchos mimos, mamá no puede evitar las tareas del hogar y pone ropa en la lavadora, la deja funcionando mientras lava unas tacitas. Ximena mira televisión, pero se cansa, se aburre prontamente y prefiere ir a su dormitorio a jugar, mamá la escucha, la pequeña habla, ríe y de vez en cuando canta.
Tiara sonríe al escucharla, la pequeña tiene una risa contagiosa, se asoma a mirarla y ve pasar una sombra, se inquieta, pero supone que la ha engañado su vista. Ximena ve a mamá y le arroja un beso volador, mamá se lo devuelve.
La lavadora automática terminó y emite un curioso sonido, Tiara lo escucha, busca una fuente mete la ropa y sale al patio a colgar las prendas para que se sequen.
Desde el jardín puede ver la ventana que da al dormitorio de su hija, cuelga la ropa en un improvisado cordel que nunca fue reparado por el poco uso que le han dado. De pronto, mira hacia la habitación de su niña y una nítida sombra parece mirarla. Deja caer la ropa, y se acerca a paso ligero hacia la casa, la sombra tiene vida se mueve por si sola. Un quejido de espanto se escapa de lo profundo de su garganta, ahora corre, va directamente hacia la habitación de su hija y al llegar ve a Ximena, jugando tranquilamente.
-¿Ximena había alguien aquí?
-Sí mami, el abuelo.
-Ximena, te estoy hablando en serio, vi algo, ¿andaba alguien aquí?
-Mami, era el abuelo
-Ximena, -levantando la voz- el abuelo está a ochocientos kilómetros.
Tiara mira por todas partes, pero no ve nada, no escucha lo que dice su hija y cree que habla de sus amigos imaginarios, entonces el teléfono suena, lo busca y contesta, es la abuela
-Hola
-Hijita... -contesta llorando la madre de Tiara-
-Mamá ¿qué pasa?
-Hijita, tengo una mala noticia
-¿Qué pasó?
-Es tu papá, murió…
Fin.
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