La vieja nunca estuvo ciega, ahora lo comprendo.
Cuando llegue a esa casa el viejo me advirtió que su esposa era cascarrabias, que no le hiciera caso, que su malhumor seguramente tenía que ver con su ceguera repentina.
Tome el hospedaje porque era barato y por sobre todo porque quedaba a dos cuadras de la facultad en la que estudiaba, la primera semana no vi a la anciana, instale mis cosas, colgué unos cuadros invite a unos amigos y la semana término.
Mi casa habitación quedaba al fondo de un largo pasillo, tres puertas habían antes de la mía, la de los dueños, la de Cintia y la de Andrés, en el frente un enorme paredón de cemento.
Un día iba llegando a la casa con un compañero, cuando por primera vez la vi y ella me “vio”, su reacción fue de espanto, gritó, tropezó y cayó, con Octavio pensamos que estaba loca, sin embargo, cuando notamos sus ojos blancos los dos enmudecimos, Octavio corrió a ayudarla, pero el viejo se interpuso, sin mediar palabra levanto a la vieja y la hizo entrar en la casa. La cosa paso, pero Octavio no quiso visitarme más.
Por costumbre me quedaba estudiando hasta tarde, me costaba mucho concentrarme en el día y siempre he preferido la tranquilidad de la noche. Esa noche me preparaba para un examen, algo me perturbaba, no había escuchado sonidos, pero una sensación extraña me molestaba, mire por la ventana y solo el paredón adornaba el paisaje, no contento con ello abrí la puerta y al hacerlo se me helo la sangre; Frente a mi puerta a no más de tres pasos, estaba la vieja, podría jurar que solo se veían sus ojos blancos y el resplandor del enorme cuchillo que llevaba en la mano derecha, el resto de su cuerpo era negro, una sombra. Con sorprendente agilidad se abalanzó sobre mí, tanto que no alcance a cerrar la puerta, intentó acuchillarme y la golpee tan fuerte que creí verla elevarse no menos de dos metros. Se levantó y me atacó de nuevo, tome un pesado libro que tenía en la mesita y le aseste un golpe en la cabeza y la vieja cayó desangrándose.
Los vecinos salieron de sus casas por el ruido, llegaron a mi puerta abierta de par en par y el escenario los estremeció, Cintia gritaba, Andrés vomitó, pero el viejo, el viejo no hizo más que llamar a la policía y pedirme disculpas con una increíble tranquilidad. No tuve problemas con la policía, excepto por la agresividad con la que me había defendido según ellos, yo solo le di dos golpes a la vieja, pero aparentemente el cráneo destrozado y la totalidad de sus órganos internos molidos indicaban otra cosa, algo imposible. Mis vecinos fueron testigos de que los ruidos no duraron más de un minuto, por lo cual, me creyeron.
Me fui del hospedaje y ya ha pasado un mes desde aquel acontecimiento, algo pasó, a los pocos días de haberme ido una extraña enfermedad afecto mis ojos. Al principio sentí miedo, fui al doctor y no hay explicación para lo que me sucedió. Luego comencé a ver cosas que la gente normal no ve.
Entonces comprendí.
Al quitarle la vida a la vieja, también le quite sus poderes, los ojos blancos perciben la verdadera esencia de los seres.
Ahora me pregunto si ¿aquella mujer sería un ángel o seria como yo?, un demonio.
Cuando llegue a esa casa el viejo me advirtió que su esposa era cascarrabias, que no le hiciera caso, que su malhumor seguramente tenía que ver con su ceguera repentina.
Tome el hospedaje porque era barato y por sobre todo porque quedaba a dos cuadras de la facultad en la que estudiaba, la primera semana no vi a la anciana, instale mis cosas, colgué unos cuadros invite a unos amigos y la semana término.
Mi casa habitación quedaba al fondo de un largo pasillo, tres puertas habían antes de la mía, la de los dueños, la de Cintia y la de Andrés, en el frente un enorme paredón de cemento.
Un día iba llegando a la casa con un compañero, cuando por primera vez la vi y ella me “vio”, su reacción fue de espanto, gritó, tropezó y cayó, con Octavio pensamos que estaba loca, sin embargo, cuando notamos sus ojos blancos los dos enmudecimos, Octavio corrió a ayudarla, pero el viejo se interpuso, sin mediar palabra levanto a la vieja y la hizo entrar en la casa. La cosa paso, pero Octavio no quiso visitarme más.
Por costumbre me quedaba estudiando hasta tarde, me costaba mucho concentrarme en el día y siempre he preferido la tranquilidad de la noche. Esa noche me preparaba para un examen, algo me perturbaba, no había escuchado sonidos, pero una sensación extraña me molestaba, mire por la ventana y solo el paredón adornaba el paisaje, no contento con ello abrí la puerta y al hacerlo se me helo la sangre; Frente a mi puerta a no más de tres pasos, estaba la vieja, podría jurar que solo se veían sus ojos blancos y el resplandor del enorme cuchillo que llevaba en la mano derecha, el resto de su cuerpo era negro, una sombra. Con sorprendente agilidad se abalanzó sobre mí, tanto que no alcance a cerrar la puerta, intentó acuchillarme y la golpee tan fuerte que creí verla elevarse no menos de dos metros. Se levantó y me atacó de nuevo, tome un pesado libro que tenía en la mesita y le aseste un golpe en la cabeza y la vieja cayó desangrándose.
Los vecinos salieron de sus casas por el ruido, llegaron a mi puerta abierta de par en par y el escenario los estremeció, Cintia gritaba, Andrés vomitó, pero el viejo, el viejo no hizo más que llamar a la policía y pedirme disculpas con una increíble tranquilidad. No tuve problemas con la policía, excepto por la agresividad con la que me había defendido según ellos, yo solo le di dos golpes a la vieja, pero aparentemente el cráneo destrozado y la totalidad de sus órganos internos molidos indicaban otra cosa, algo imposible. Mis vecinos fueron testigos de que los ruidos no duraron más de un minuto, por lo cual, me creyeron.
Me fui del hospedaje y ya ha pasado un mes desde aquel acontecimiento, algo pasó, a los pocos días de haberme ido una extraña enfermedad afecto mis ojos. Al principio sentí miedo, fui al doctor y no hay explicación para lo que me sucedió. Luego comencé a ver cosas que la gente normal no ve.
Entonces comprendí.
Al quitarle la vida a la vieja, también le quite sus poderes, los ojos blancos perciben la verdadera esencia de los seres.
Ahora me pregunto si ¿aquella mujer sería un ángel o seria como yo?, un demonio.
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