La tristeza

Supongo que aquel día estaba distraído y los guantes de lana no me ayudaron en la tarea, seguramente abrigaron mis manos, pero no servían para guardar dinero.

Papá esa noche busco en sus bolsillos los últimos cincuenta centavos que tenía y me los entrego para ir a comprar, lo que ese día seria nuestra cena, medio kilo de pan. Mamá me abrigo, me puso mi bufanda, mis guantes de lana negros y veloz cual liebre salí corriendo a toda velocidad.

Afuera nevaba, las calles estaban blancas y el sol ya se había escondido, la despensa quedaba solo a dos cuadras de casa y no demore en llegar.

Grande fue mi sorpresa al abrir la puerta del negocio mirar mis manos y verlas vacías. Volví mis pasos hacia atrás y busque, y busque en vano.

No había forma de encontrar la monedita. Regrese a casa y papá se enojó mucho conmigo, de un tirón me llevo a la calle y juntos buscamos en la nieve, bajo la oscuridad, por un buen rato sin encontrar nada. No pude comprender entonces la rabia de mi padre, volvimos y me mandó a acostar, mamá fue a taparme y ese día se fue...

Hoy cuando me bajé de la micro, caminando hacia mi casa, donde me espera mi hermosa mujer y mis bellas niñas, me pasó algo curioso y pude comprender, no era enojo o rabia, era tristeza. Encontré en la calle quinientos pesos, casi un kilo de pan y pensé “que triste debe ser no tener nada más”. Y espere por un buen rato, me quede parado esperando a que llegara algún niño a buscar su moneda, a que llegara aquel niño a redimirse con su padre...

Fin.
"Compártelo y comenta, mil y un gracias"
https://www.facebook.com/Mirson.Alejandro/



23

Sé que has querido quedarte
pero no lo has hecho,
temeroso y herido
desangra este pecho.

Se ha quedado tu perfume
en toda mi casa,
has dejado tu esencia
y te has llevado mi alma

"Compártelo y comenta, mil y un gracias por leerme"

https://www.facebook.com/Mirson.Alejandro/

La mente

Despertó temprano, miró el sol asomarse a lo lejos, abrió la puerta del balcón y respiro profundamente. El aire limpio recorrió sus venas y lleno de energía su alma para el resto del día. Hizo una serie de ejercicios, desde allí, miró a su cama y en ella aun dormía la mujer más bella. No quiso despertarla, bajo lentamente las escaleras; se bañó. Vistió su ropa preferida y fue a la cocina a calentar agua. Miró por la ventana el verde prado que crecía tranquilamente en rededor de su casa, más allá un vallado que lo separa de un tranquilo rio. Fue a la habitación de sus niñas y escuchó susurros, sonrió, ellas despertaron hace tiempo ya y crean historias imaginarias, sueñan y ríen.

Su mujer despertó, pronto todos desayunan juntos, hablan del tiempo, del espacio y de la nada. Cuando hubieron terminado una de las niñas va a jugar con una amiga, la otra se apega a su madre que está por salir, ambas se van. Era temprano y estaba solo, subió las escaleras, busco una vieja caja y saco un cuaderno, leyó lo que había escrito hace mucho tiempo atrás. Se sentó y continúo escribiendo, pensó en la historia de una persona sin límites, luego releyó y noto que su personaje después de todo era bastante común e incluso ordinario y parecido al resto, solo una diferencia lo apartaba de la humanidad, él sabía que era parte de un cuento.



Fin. Tal vez...