Al despertar se levantó, se vistió, besó a su mujer y se dispuso a salir como todos los días. Abrió la puerta y afuera el apocalipsis, una imagen candente, el desierto árido y ríos de fuego, más alla gente quemandose, despertó…
Se levantó, miró primero por la ventana y afuera todo parecía normal, miró su cama y su mujer dormía tranquilamente. Se vistió y una enorme sombra cruzó por la ventana, corrió hacia ella y abrió las cortinas de par en par, dos muñecos gigantes lo observaban sonriendo, retrocedió aterrorizado, se cayó y despertó…
No se levantó, reconoció que seguía dormido, las paredes de su pieza (normalmente revestidas con papel mural) parecían compuestas de pequeños azulejos que cambiaban de colores con cada parpadeo, a su lado un bulto, levanto la sabana y una masa blancuzca ocupaba ese lugar, quiso gritar y despertó…
No se levantó, no pudo, su pieza estaba oscura, un peso insoportable apretaba sus piernas, intentó patearlo, desesperado intentaba mover las piernas pero no tenía fuerzas, tampoco podía sentarse, se sentía extenuado. Con sus manos bajo la sabana trató de buscar el cuerpo de su mujer, pero no había nadie, estaba solo, completamente solo en la oscuridad, despertó…
Se sentó en la cama, miró a su mujer, la despertó, le contó que había tenido pesadillas toda la noche, ella comprendió la mitad y la otra mitad se le fue intentando abrir los ojos. Él se vistió lento, esperando que algo rompa nuevamente la rutina, tomó un café y se fue al trabajo en la línea de microbuses n° 5, como todos los días.
13:47 mira el reloj en su teléfono celular, mira los papeles que tiene que ordenar y cree continuar soñando.
Se levantó, miró primero por la ventana y afuera todo parecía normal, miró su cama y su mujer dormía tranquilamente. Se vistió y una enorme sombra cruzó por la ventana, corrió hacia ella y abrió las cortinas de par en par, dos muñecos gigantes lo observaban sonriendo, retrocedió aterrorizado, se cayó y despertó…
No se levantó, reconoció que seguía dormido, las paredes de su pieza (normalmente revestidas con papel mural) parecían compuestas de pequeños azulejos que cambiaban de colores con cada parpadeo, a su lado un bulto, levanto la sabana y una masa blancuzca ocupaba ese lugar, quiso gritar y despertó…
No se levantó, no pudo, su pieza estaba oscura, un peso insoportable apretaba sus piernas, intentó patearlo, desesperado intentaba mover las piernas pero no tenía fuerzas, tampoco podía sentarse, se sentía extenuado. Con sus manos bajo la sabana trató de buscar el cuerpo de su mujer, pero no había nadie, estaba solo, completamente solo en la oscuridad, despertó…
Se sentó en la cama, miró a su mujer, la despertó, le contó que había tenido pesadillas toda la noche, ella comprendió la mitad y la otra mitad se le fue intentando abrir los ojos. Él se vistió lento, esperando que algo rompa nuevamente la rutina, tomó un café y se fue al trabajo en la línea de microbuses n° 5, como todos los días.
13:47 mira el reloj en su teléfono celular, mira los papeles que tiene que ordenar y cree continuar soñando.
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