Cuando ella le dijo que lo amaba, se sintió completo. Olvidó el tiempo, los dioses y los mares. No había problemas sin respuesta, porque en su mente solo estaba ella, ella y nada más.
Pero el amor la consumió y él no pudo comprenderlo, cual flor de temporada su amada murió al llegar el invierno.
En su locura de tristeza e ira recordó. Maldijo al cielo y a la muerte; limitó al tiempo; buscó respuesta a infinidad de problemas; creó dioses, miró al mar, zarpó y no volvió.
Y así, generación tras generación, este Ulises repite su propia odisea.
Pero el amor la consumió y él no pudo comprenderlo, cual flor de temporada su amada murió al llegar el invierno.
En su locura de tristeza e ira recordó. Maldijo al cielo y a la muerte; limitó al tiempo; buscó respuesta a infinidad de problemas; creó dioses, miró al mar, zarpó y no volvió.
Y así, generación tras generación, este Ulises repite su propia odisea.
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