Un niño juega solo en su habitación, en su imaginación inventa infinidad de dioses, crea cuantos necesita para poder explicar el mundo y sus hechos.
Un adulto llega, lo escucha y niega rotundamente la trama, ofuscado, argumenta la existencia de un solo dios.
El niño atiende pacientemente, de pronto, interrumpe insatisfecho preguntando ¿por qué dios permite el mal?, el adulto perplejo replica que es culpa de seres menores creados por este dios. Para el niño esos seres también son dioses.
Después, el niño continúa su juego, ha cambiado los nombres, pero la trama es la misma...
Un adulto llega, lo escucha y niega rotundamente la trama, ofuscado, argumenta la existencia de un solo dios.
El niño atiende pacientemente, de pronto, interrumpe insatisfecho preguntando ¿por qué dios permite el mal?, el adulto perplejo replica que es culpa de seres menores creados por este dios. Para el niño esos seres también son dioses.
Después, el niño continúa su juego, ha cambiado los nombres, pero la trama es la misma...
No hay comentarios:
Publicar un comentario