La primera confesión

- Perdóname Padre pues he pecado
- Dime hijo ¿qué has hecho?
- He hecho aquello que prohibiste
- Y ¿porque lo has hecho?
- Porque prefiero la muerte a la eternidad sin ella
- Y dime hijo ¿Qué te hace pensar que estarás sin ella en la eternidad?

- Padre ahora me sé mortal, sé que para nosotros no habrá mañana.
- Tú, hijo mío no eres solo carne, tu alma perdurara sin importar lo que hagas
- Entonces, Padre porque nos has prohibido aquello ¿cuál es la diferencia? ¿por qué debemos marcharnos?
- La diferencia hijo mío es la felicidad, lo que has probado conduce efectivamente a la sabiduría, pero aquel que sabe tiene también que aprender a decidir, por eso, hijo mío, deberás irte, ya es hora de que tomes tus propias decisiones.
- Y donde iré
- Iras donde tú lo desees
- ¿Y qué será de nosotros?
- Ansío hijo mío que vuestros hijos puedan encontrar el camino correcto. Que busquen la sabiduría a pesar del costo, ya que, solo esto les abrirá nuevamente las puertas del cielo.
- Hablas de mis hijos, pero yo y mi mujer como haremos para sobrevivir. Nos has tenido bajo tus alas tanto tiempo, me siento incapaz.
- Ten fe hijo mío, pon tu mejor esfuerzo, sé que prosperaras.
- Padre ¿me perdonaras alguna vez?
- Hijo, todo lo que sucedió estaba previsto, nunca hubo nada que deba ser perdonado.

Adán y Eva llegaron a la tierra tomados de las manos, junto a ellos miles más, que prefieren saber a vivir en un mundo ignorante. -

Fin. Tal vez....
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