“No quiero perderte nunca” le dijo Jimena a Marcos, él sonrió.
Tenían 16 y 17 años, se conocían hacia poco, pero el amor era intenso, eterno.
Él era músico, ella una idealista; El tiempo los separó, Marcos viajó a la capital en busca de sus sueños y ella lo esperó, como quien espera la primavera, pero las estaciones pasaron y él no regresó.
Los años pasaron, envejecieron, pero nunca olvidaron aquel amor. Marcos volvió con el tiempo, las calles eran las mismas, la gente igual, sin embargo, él había cambiado, por lo tanto, a sus ojos todo había cambiado. Ella no estaba, alguien le contó que terminó la universidad y se fue. Él tenía veinticinco años, cien romances y un solo amor, que ya no estaba. Haberse marchado forjo su destino se convirtió en lo que estaba destinado a ser, pero no era feliz, ¿qué hubiera pasado si…? se preguntaba una y otra vez, el tiempo continuó.
Llegaron los treinta de Marcos, daría un concierto y era hora de las entrevistas, nada anormal para un artista, un poco de promoción, una que otra sonrisa a las cámaras, nada más. Las preguntas comenzaron y una de ellas detuvo su corazón, ¿cuéntanos Marcos que pasa con el amor?, diez años habían pasado desde que había escuchado por última vez esa voz, se levantó y buscó rápidamente con la vista aquel rostro, miró a la señorita y era ella, era Jimena, después, solo atinó a responder “Jimena te amo”.
Jimena era reportera, los últimos años los había pasado lejos del hogar, conociendo el mundo, extrañando, queriendo volver.
Un año más tarde se casaron, los niños llegaron, el círculo estaba completo.
El tiempo pasó y ellos siempre de la mano, Jimena mañana cumple cincuenta, él la miró y le dijo “no quiero perderte nunca”, ella sonrió.
Fin. Tal vez...
"Por favor compártelo y comenta, mil y un gracias por leer"
https://www.facebook.com/Mirson.Alejandro/
Tenían 16 y 17 años, se conocían hacia poco, pero el amor era intenso, eterno.
Él era músico, ella una idealista; El tiempo los separó, Marcos viajó a la capital en busca de sus sueños y ella lo esperó, como quien espera la primavera, pero las estaciones pasaron y él no regresó.
Los años pasaron, envejecieron, pero nunca olvidaron aquel amor. Marcos volvió con el tiempo, las calles eran las mismas, la gente igual, sin embargo, él había cambiado, por lo tanto, a sus ojos todo había cambiado. Ella no estaba, alguien le contó que terminó la universidad y se fue. Él tenía veinticinco años, cien romances y un solo amor, que ya no estaba. Haberse marchado forjo su destino se convirtió en lo que estaba destinado a ser, pero no era feliz, ¿qué hubiera pasado si…? se preguntaba una y otra vez, el tiempo continuó.
Llegaron los treinta de Marcos, daría un concierto y era hora de las entrevistas, nada anormal para un artista, un poco de promoción, una que otra sonrisa a las cámaras, nada más. Las preguntas comenzaron y una de ellas detuvo su corazón, ¿cuéntanos Marcos que pasa con el amor?, diez años habían pasado desde que había escuchado por última vez esa voz, se levantó y buscó rápidamente con la vista aquel rostro, miró a la señorita y era ella, era Jimena, después, solo atinó a responder “Jimena te amo”.
Jimena era reportera, los últimos años los había pasado lejos del hogar, conociendo el mundo, extrañando, queriendo volver.
Un año más tarde se casaron, los niños llegaron, el círculo estaba completo.
El tiempo pasó y ellos siempre de la mano, Jimena mañana cumple cincuenta, él la miró y le dijo “no quiero perderte nunca”, ella sonrió.
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2 comentarios:
Qué preciosidad! Me ha gustado muchísimo! Sin ninguna duda lo comparto y espero seguir leyéndote más tiempo.
Me encantaría que te pasases por el mío :)
http://viveynosobrevivas.blogspot.com.es/?m=1
Un saludo!
Gracias Ivan por tomarte de leer y comentar, voy a leer tu blog, saludos...
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